Guíate por principios para trabajar con pasión

por | Mar 12, 2020 | Emprendimiento | 0 Comentarios

“Estoy tan orgulloso de lo que hacemos como de lo que no hacemos” – Steve Jobs

Esta frase de Jobs es la visión que ahora tengo de mi estilo de trabajo, es mi bandera.

Muchas veces cuando emprendemos, para ganar experiencia estamos dispuestos a hacer casi lo que sea, incluso trabajar en temas que odiamos. En un artículo anterior te decía que tu empresa eres tú, odiar parte de lo que somos es un mal punto de partida.

Hace algunos años cuando mi negocio estaba más relacionado con la producción de productos físicos y no de temas digitales, viví experiencias que ahora valoro como un tesoro, pero que en aquel entonces me hicieron hasta llorar. Es muy probable que si estás emprendiendo debas afrontar situaciones de este tipo, más si tu empresa es la que sostiene 100% tu economía. Pero te recomiendo que no te quedes en ello por mucho tiempo.

Te comparto una de mis experiencias brevemente. Desarrollábamos cuadernos y agendas en materiales reciclados, una unidad de negocio que en aquellos años veía muy prometedora y que además buscaba ayudar al planeta, algo que siempre me ha movido. Cuando empezamos a conseguir grandes negocios en los que nos solicitaban altos volúmenes de cuadernos, mis socios y yo celebrábamos creyendo que estábamos cerrando los mejores contratos del mundo. Con el tiempo descubrimos que el trabajo no lo valía, las grandes organizaciones que nos contrataron en aquel entonces buscaban lo mismo, pagar poco y recibir un trabajo de excelente calidad, pues argumentaban que tenerlos en nuestro portafolio nos abriría las puertas a más negocios y que al ser grandes cantidades, así el margen fuera estrecho, ganaríamos bien. Lo cual no era cierto, pues el desgaste de producción y el estrés no se compensaban con el valor contratado. Terminamos odiando todo lo relacionado con producción impresa y la sociedad se disolvió, sin contar con las grandes perdidas que nos llevaron a la quiebra.

Te cuento esta historia como ejemplo de lo que puede pasar cuando trabajas solo por el dinero. Es correcto que el dinero es un gran motor, pero cuando trabajas con principios claros, el dinero llega y llega en la cantidad justa.

Hoy en día escojo mis clientes, y elijo qué trabajos hacer y cuales no.

Evitar productos o servicios que atenten contra el bienestar: Mi primer principio es no trabajar con entidades que desarrollan productos o prestan servicios que puedan dañar a las personas como sustancias alcohólicas, cigarrillos, placebos, temas relacionados con magia negra o engañosos. Así no sea yo quien los produzca, participar de su promoción me convertiría en una cómplice y no deseo ni podría cargar con ese peso en mis hombros.

La pasión del cliente es mi pasión: El segundo principio es de los más importantes, me enfoco en descubrir qué tanta pasión le imprime el cliente a lo que hace, cómo lo explica, cómo lo ofrece y qué historia cuenta. Si su pasión es cautivadora, me dejo contagiar, pues esto es importante a la hora de realizar el trabajo. Si la pasión es superficial y la empresa no es su estilo de vida, evito iniciar un contrato. Aquí aplico esta frase de crecimiento personal «Si tú mismo no te amas es imposible que alguien más lo haga».

Valorar mi trabajo: Este es un principio que tuve que aprender sufriendo en mis inicios como emprendedora. Si un cliente me pide rebaja lo descarto inmediatamente, si durante la elaboración del trabajo exige cosas adicionales que no están estipuladas en lo contratado sin querer pagar su valor adicional, definitivamente no valora mi trabajo al pedirme que trabaje gratis.

Respeto mutuo: Es vital para el buen desarrollo del trabajo que tu cliente valore tu conocimiento. Es por esto que te está contratando. El llegar puntual a una reunión; que te envíe sus solicitudes, críticas y observaciones con amabilidad; que realice sus pagos en el tiempo acordado, o si tiene inconvenientes que te lo haga saber; que siempre te hable con la verdad. Todas estas cosas representan el respeto. Pero recuerda que de esta misma manera tú debes comportarte igual hacía él, para que exista equilibrio en este tipo de relación.

Avanzar juntos: Busquemos siempre ganar –  ganar. Cuando accedemos a trabajar con alguien además del precio pactado buscamos que ambos lados ganen de la misma manera, es por esto que debes analizar la forma en la que eliges hacer el trabajo. La que más recomiendo es la contratación por proyecto, ya que el cliente te paga por hacer algo específico, no interviene en tus tiempos y solo da la retroalimentación con respecto a lo que contrató y tú estarías motivado durante todo el proceso, con el afán de terminar y sorprender a tu cliente. Y si es alguien con quien puedes crecer en aprendizajes y retos esto te mantendrá motivado siempre. Especialmente ese tipo de empresas las que ves crecer con el tiempo y de las que te sientes responsable de su éxito.

Es posible que aún teniendo esto en mente accedas a trabajar con alguien que no parece quebrantar estos principios básicos, que descubras facetas negativas de esta persona, que vayan en contra de tus principios,  durante la elaboración del trabajo. En ese caso lo que hago es disfrutar de aquello puntual para lo que me contrató, lo hago de la mejor forma posible sin tomarme a modo personal cualquier actitud del cliente. Entrego el trabajo en el menor tiempo posible y evito volver a trabajar con esta persona en el futuro.

Sé que es complicado decirle a un posible cliente NO, pero aprender a decir no hace parte de llevar a tu empresa por el camino adecuado.

Investiga a tus clientes, vigila sus redes, su web, háblales siempre con la verdad de lo que sientes cuando algo te incomode, no dejes que se vaya llenando la taza. Si lo consideras necesario, una herramienta que te puede ayudar es realizar un formulario con las preguntas que creas que te pueden revelar el tipo de persona que es. Pues no todo aquel que esté dispuesto a pagar será un cliente potencial para ti.

Te invito a que definas tus propios principios, tu frase bandera y los implementes como factor fundamental en la ejecución de los movimientos de tu organización. Cuéntame si esto te motiva a seguir imprimiéndole toda tu pasión a lo que haces.

 

“Si tienes que jugar, decide tres cosas antes de empezar: las reglas del juego, lo que te juegas y el momento de abandonar” – Proverbio chino